Dentro de las oportunidades que tiene México para fortalecer su economía y encontrar nuevas rutas de desarrollo comercial, desde luego que aparece la opción del nearshoring o relocalización de la que ya se ha hablado consistentemente, para aprovechar sus ventajas y canalizar positivamente el interés que han mostrado las empresas del exterior por invertir en nuestro país.
Se trata de una tendencia que, al parecer, es irreversible. Basta cita que en tanto que en el año 2022 el comercio total de México con Estados Unidos había aumentado un 12% con relación al año anterior, al totalizar 64 mil millones de dólares, para el primer trimestre de 2023 el comercio bilateral entre ambos países ascendió a 263 mil millones de USD, lo que representó más del 15% del comercio total del país vecino[1].
Posteriormente, al finalizar el 2023, se contabilizó que el comercio entre México y EUA ascendió a 798 mil millones de USD, y más recientemente, en el primer trimestre de 2024, la cifra fue de 200,1 mil millones de dólares, lo que representó un aumento interanual del 1,7%[2].
Este panorama configura una visión optimista respecto a que el nearshoring pudiera generar grandes oportunidades de crecimiento, si bien es cierto que las nuevas inversiones en esa materia representaron solo el ocho por ciento de la IED que recibió México en los primeros nueve meses de 2023[3]. De hecho, nuestro país ocupa el séptimo lugar en nearshoring, con Vietnam a la cabeza.
Así, de acuerdo con especialistas, para mejorar nuestra posición como país receptor de inversiones para el nearshoring, se deben implementar medidas cruciales esenciales, como son los incentivos fiscales, planes de infraestructura sólidos y un compromiso activo con las autoridades, tanto a nacionales como regionales.
Al mismo tiempo, se pueden aprovechar oportunidades como las que brinda la industria automotriz, que ha reflejado un aumento consistente en su ritmo de producción. Por ejemplo, durante el lapso entre enero y julio de 2024 se comercializaron 833,411 vehículos ligeros y se produjeron 2,298,445 unidades en nuestro país[4]; los camiones ligeros representaron 75.9 % del total que se fabricó, y el resto correspondió a la fabricación de automóviles.
Por cierto, solamente en julio se vendieron 124,761 unidades en el mercado interno, lo que representó una variación de 12.6 % respecto al mismo mes de 2023.
El ejemplo de este sector, y las cifras que ilustran su crecimiento, pronostica que muy seguramente podría crecer la demanda de materias primas y productos para el armado de automóviles y maquinaria, sobre todo por la alta integración que exige esta industria, además de que sus procesos contemplan el transporte de piezas (hasta ocho veces[5]) a través de las fronteras de los países que conformamos el T-MEC antes de llegar al ensamblaje final, lo que por cierto exige alta calidad en la gestión logística.
Más allá de este caso, se pronostica que la inversión extranjera directa (IED) hacia nuestro país aumentará casi un diez por ciento al año, para alcanzar la cifra de cerca de 60 mil millones de dólares en el año 2027 debido, en parte, a la llegada de casi 500 empresas a nuestro territorio entre 2024, además de lo que se tiene programado para el 2025[6].
Para llegar bien preparados a este destino, vale la pena conocer las soluciones, tecnología y buenas prácticas que impactan los procesos de logística y de transporte de carga, que requieren de mejora y actualización continua, ya que la demanda de los mercados extranjeros es una constante, y foros como Top Flotillas congregan a los profesionales del sector que compartirán sus mejores prácticas en fecha próxima, como se puede consultar en este directorio: https://n9.cl/590c6
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