Cómo genera empleo la industria de reuniones y eventos

Cómo genera empleo la industria de reuniones y eventos

Por Luiz Bellini*

La industria de ferias y exposiciones en México es un sector clave que no solo impulsa la economía local, sino que también genera un impacto significativo en diversas áreas. En este artículo, exploraremos la derrama económica generada por estos eventos, presentaremos datos del mercado y proporcionaremos ejemplos concretos que ilustran su alcance. 

Contexto del mercado de ferias y exposiciones

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de México, la industria de reuniones y eventos representa aproximadamente el 1.63% del PIB nacional[1] y podría generar hasta el 1.8 %. El año pasado, sumó más de 300 mil eventos, creció 11% más con respecto al 2022, que propiciaron una derrama cercana a 14 mil pesos por cada asistente. Igualmente, se calcula que en el 2023 se alcanzaron los niveles del 2019, ya que se registró una demanda de más de 119 mil 963 millones de pesos; para finales del 2024 ya se prevé rebasar tales cifras.

Cabe señalar que los eventos de este sector, que incluye congresos, convenciones y exposiciones, atraen turistas que gastan entre 850 y 2,200 dólares, una cifra considerablemente superior a la del turista tradicional, que gasta entre 400 y 500 dólares[2]. Además, genera más de un millón de empleos directos e indirectos[3], y es de destacar que los asistentes a un evento de esta naturaleza, se quedan en promedio 1.94 noches más después de las actividades propias[4].

Impacto de la derrama económica

La derrama económica de un evento de esta categoría se puede medir en términos directos, indirectos e inducidos. Los efectos directos incluyen el gasto de los asistentes durante el evento, como en hospedaje, alimentos y compras. Por ejemplo, durante las festividades en la Ciudad de México en 2024, la derrama económica alcanzó los 1.1 millones de dólares, beneficiando a más de 206 mil negocios y generando empleo para cerca de 1.4 millones de personas.

Un ejemplo más específico es el de los eventos organizados por RX México. En 2023, sus exposiciones generaron una derrama económica de 4.2 mil millones de USD, según las cifras de inversión de los 70 mil asistentes. Eventos como Expo Nacional Ferretera, Expo Seguridad México, Expo Beauty Show e IBTM Americas no solo han atraído una gran cantidad de participantes, sino que también han tenido un impacto económico considerable en sus respectivas industrias. 

Ejemplos concretos por tipo de evento

En recintos como Centro Citibanamex, se estima que cada visitante gasta en promedio entre 3,000 y 5,000 pesos en conceptos como hospedaje, transporte, alimentos y compras. Una feria que atrae a 15 mil visitantes puede generar una derrama directa superior a los 3 millones de dólares.

Otro ejemplo de evento es la celebración del Día de Muertos en varias regiones del país, del cual SECTUR proyecta una derrama económica de 2.1 millones de dólares por consumo turístico entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre[5], con la participación de 2.3 millones de turistas. Este evento, además de atraer turistas nacionales e internacionales, beneficia a sectores como la hotelería, los restaurantes y el comercio local.

Por otro lado, los eventos corporativos, como conferencias y congresos, suelen atraer a un público con mayor poder adquisitivo. Los participantes en estos eventos gastan en promedio un 94% más que un turista común[6]. Esto significa que una conferencia con 2,000 asistentes puede inyectar alrededor de 1 millón de dólares en la economía local. 

Beneficiarios de la derrama económica

Los beneficios de la derrama económica no se limitan a los organizadores o expositores de los eventos. Esta abarca una amplia variedad de sectores y grupos.

Empresas locales como restaurantes, hoteles, centros comerciales y tiendas se ven directamente beneficiadas por el incremento en el flujo de visitantes. Negocios como cafeterías, panaderías y tiendas de souvenirs experimentan un aumento significativo en sus ventas debido a la llegada de turistas.

El mayor consumo durante estos eventos también resulta en un incremento en los ingresos fiscales para los gobiernos locales, a través de impuestos sobre ventas, hospedaje y otros servicios.

Además, grandes eventos producen empleo temporal en áreas como seguridad, limpieza y atención al cliente, lo que representa una fuente de ingresos adicional para muchas personas. Estos eventos también fomentan el desarrollo social y cultural, mejorando la calidad de vida en las comunidades anfitrionas.

La derrama económica generada por exposiciones y eventos es un indicador crucial de la salud económica del país. Más allá de los números, estos eventos promueven un crecimiento sostenible en las comunidades que los acogen. Entender la magnitud de esta derrama es fundamental para apreciar la importancia de la industria de ferias y exposiciones en México.

*Director General de RX México. Tiene más de 20 años de experiencia en eventos, marketing, comercio electrónico y comunicación. Graduado en Relaciones Internacionales, tiene un MBA y una extensión ejecutiva en Marketing Digital y Emprendimiento Tecnológico.

[1] https://n9.cl/7zd7g

[2] https://n9.cl/lgz4u

[3] https://n9.cl/e924m

[4] https://n9.cl/88480

[5] https://n9.cl/02mie

[6] https://n9.cl/rhi9t

Cómo genera empleo la industria de reuniones y eventos
La empresa en el camino hacia la igualdad, la diversidad y la inclusión

La empresa en el camino hacia la igualdad, la diversidad y la inclusión

• El éxito de las empresas se medirá por su continua evolución, cultura y determinación de cambio.

Nicolás Robinson Andrade*

La opinión de las personas sobre las empresas y sus políticas de negocio influye, sin duda, en sus hábitos y decisiones, ya sean de consumo o de empleo. Esto significa que los valores que se vinculen a cada empresa tienen un impacto directo en sus beneficios, así como en su capacidad para contratar y mantener un tejido de trabajadores de alta calidad.

Aunado a ello, la forma en que la compañía aborda los factores de diversidad, igualdad e inclusión, sin duda, es una de las claves que más están alterando el paradigma entre las marcas y sus empleados y clientes actuales y potenciales.

Esto ha llevado a algunas empresas a replantearse sus estructuras, sus prácticas operativas y a repensar sobre su aporte a la sociedad. No obstante, es importante que estas transformaciones no sean superficiales, sino que se liguen a los valores de la cultura de cada empresa y, además, respondan a otros objetivos y ambiciones de nivel internacional, como los acordados para la Agenda 2030.

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) van más allá del medio ambiente, porque también apelan a la defensa de la diversidad y la inclusión social.

La palabra que define la forma en que entendemos y abordamos la diversidad y la igualdad es el cuidado; valor fundamental para convertirlo en una realidad que evidencia nuestro compromiso con nuestros empleados, clientes y comunidades, además de orientarlo hacia la consecución de los ODS.

En primer lugar, es fundamental comprender qué sesgos son susceptibles al lugar de trabajo y cómo afectan a sus empleados, para así tomar la responsabilidad pertinente como empresa. Por ejemplo, muchas de las compañías han retomado el Objetivo 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico), desarrollando programas que incorporen estrategias flexibles en sus procesos de contratación.

Esto ayuda a construir un entorno de igualdad de oportunidades, además de tener en cuenta que cada persona presenta un distinto background, dónde es posible acceder al tejido empresarial con independencia del punto de partida. El resultado, también da soporte a la consecución del Objetivo 10 (Reducción de las Desigualdades).

Las personas son el centro en la meta histórica por el 2030, por lo que deben ser el centro de todos los esfuerzos de las compañías esta materia. Marcar la diferencia comienza con tomar conciencia acerca de los prejuicios y la exclusión sistemáticos que existen en la vida cotidiana y sus efectos en cadena dentro de las organizaciones y el mundo.

Una vez realizado este ejercicio, las empresas tienen la capacidad para evolucionar y diseñar iniciativas relativas a diversidad, igualdad e inclusión en diferentes áreas de interés clave, como en la plantilla de trabajadores (a quién y cómo se contrata); el lugar de trabajo (cómo se sienten al trabajar en la compañía); el mercado (cómo se incluyen a los clientes y productos); y la comunidad (cómo se puede hacer del mundo un lugar más equitativo).

En nuestra compañía, por ejemplo, hemos lanzado Zoom Talks, una serie de debates en directo donde se puede aprender más sobre nuestros respectivos comienzos, experiencias y perspectivas. Incluso, nos hemos centrado en reforzar nuestro equipo al contratar a nuestro primer director de Impacto Social y a nuestro primer director de Talento Emergente Global.

La meta común por el desarrollo sostenible nos obliga a escuchar constantemente, a reconocer nuevos desafíos, a adaptar nuestra estrategia y, sobre todo, a apoyar las necesidades de nuestros empleados y las de nuestros clientes. De esta forma, se fomenta un sentimiento de cuidado y de comunidad dentro de la empresa, que ha elevado enormemente la vida diaria y la carrera de los empleados.

Estamos al principio de nuestro camino hacia la diversidad, la igualdad y la inclusión, y desde Zoom, seguiremos aprendiendo e incrementando nuestros esfuerzos. Sin embargo, lo que siempre será constante es nuestro compromiso con nuestro valor principal, el cuidado.

Lo que queda claro es que el éxito de las empresas se medirá por su continua evolución, cultura y determinación de cambio; su futuro será prometedor si la dirección es convertirse en organizaciones más diversas, equitativas e inclusivas.

*Nicolás Robinson Andrade es director de Relaciones Gubernamentales de Zoom para España y América Latina.