IBTM Americas promueve políticas de inclusión

IBTM Americas promueve políticas de inclusión

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), cerca de 1,300 millones de personas1 -casi 16% de la población total- experimentan una discapacidad significativa. Ante este panorama la accesibilidad a las instalaciones, productos y servicios turísticos para todos debe ser una parte central de cualquier política de turismo responsable y sostenible.

Además, vale la pena considerar que la accesibilidad no se trata sólo de derechos humanos, también es una oportunidad de negocio para que los destinos y las empresas acojan a todos los visitantes y aumenten sus ingresos. Se estima que un turista con discapacidad generalmente viaja con tres acompañantes2, lo que significa mayor inversión en los lugares que apuestan por la inclusión.

Por lo tanto, el ecosistema que conforma a la industria de reuniones debe contemplar la opción de facilitar el acceso de las personas con discapacidad física, psíquica o sensorial a los diversos espacios en donde se lleve a cabo un evento. Para ello se deben adaptar los entornos y productos de manera que permitan el ingreso, uso y disfrute de los visitantes de forma igualitaria, segura, cómoda, autónoma y normalizada.

Viajar e integrarse a una convención, congreso o exposición para una persona afectada por alguna incapacidad puede resultar un desafío que inicia desde el momento en el que necesita encontrar información sobre servicios accesibles, documentar su equipaje, encontrar y reservar una habitación que satisfaga sus necesidades de acceso y estancia; todo esto puede resultar difícil, costoso y requiere mucho tiempo.

De acuerdo con expertos, los desafíos o barreras para las personas con discapacidad incluyen3: • Personal de atención sin capacitación adecuada para informar y brindar facilidades de acceso especiales.
• Falta de servicios de reserva y sitios web adecuados.
• Falta de instalaciones y servicios de transferencia para tener aeropuertos más accesibles.
• Una oferta no muy amplia de habitaciones de hotel, restaurantes, tiendas y baños adaptados.
• Calles y servicios de transporte con insuficiente infraestructura especial.
• No siempre existe información sobre instalaciones, servicios, alquiler de equipos y atracciones turísticas accesibles.

Inclusión

Así que, ante tal panorama, vale la pena señalar algunas acciones que los participantes de la cadena de valor de la industria de reuniones podrían implementar para planear y ofrecer atenciones de calidad, y ser verdaderamente incluyentes, tales como4:

1. Investigar e implementar medidas para contribuir a que la experiencia sea más accesible para todos. Se pueden utilizar banners e ilustraciones de colores contrastantes, espacios silenciosos, letreros con títulos y señalización grande; así como también, el uso de carteles en Braille o en su defecto instrucciones por audio, por mencionar algunas.

2.-Usar los mismos mensajes que se han emitido en las comunicaciones previas al evento para que los asistentes se sientan seguros de que podrán “navegar” por el entorno; es una comunicación uniforme.

3. Dejar en claro que se pueden realizar ajustes adicionales, o incluso improvisar, para cualquier persona que lo necesite, y de esta forma cumplir con prácticamente cualquier solicitud especial. 4. Educar al personal de atención para que sea consciente de las discapacidades ocultas y para que pueda ayudar, de manera empática, a cualquier persona que necesite ayuda adicional.

5. Potenciar las experiencias que ofrece el evento, por ejemplo: disponer personal especialmente capacitado para asistir a los asistentes con discapacidad en las interacciones durante las sesiones de networking.
6. Después del evento solicitar comentarios y aprender de las experiencias. Esta información sirve para mejorar un próximo evento.

El panorama en México

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su censo poblacional de 2020, indica que el país tiene más de 126 millones de habitantes, de los cuales el 16% reportó tener alguna discapacidad; lo que representa una población de poco más de 20 millones de personas, de las cuales el 43% son mujeres. Ante ello, la Secretaría de Turismo (Sectur) ha puesto en marcha diversas acciones para incorporar el enfoque de inclusión.

Entre ellas figura la entrega de un sello de turismo incluyente, emitido por la Dirección General de Certificación Turística, que certifica a los prestadores de servicios turísticos que apliquen principios de accesibilidad en sus operaciones cotidianas y cultura organizacional. Se entrega a agencias de viajes, hoteles, restaurantes, museos, aeropuertos y centros de convenciones o reuniones.

Por su parte, la Dirección General de Planeación de la Secretaría de Turismo coordina el Grupo Intersectorial de Accesibilidad en el Sector Turístico que publica guías de recomendaciones en infraestructura y transporte. Igualmente, la Dirección General de Profesionalización y Competitividad Turística promueve la capacitación y profesionalización para reforzar las competencias del capital humano en temas de inclusión junto con organismos públicos y privados.

El mundo sigue cambiando constantemente, por esta razón este sector no puede quedarse atrás, ya que la inclusión debe estar presente en toda la cadena de valor de la industria de reuniones, tal como se promueve en IBTM Americas a través de su foro educativo Sustainable Mindset Talks, que se llevará a cabo el 13 de septiembre dentro del mismo piso de exposición, y cuyo foro busca proponer a la comunidad de organizadores de eventos, diferentes prácticas e ideas creativas para ejecutar eventos con un mínimo impacto ambiental y apostar por sociedades más equitativas.

La empresa en el camino hacia la igualdad, la diversidad y la inclusión

La empresa en el camino hacia la igualdad, la diversidad y la inclusión

• El éxito de las empresas se medirá por su continua evolución, cultura y determinación de cambio.

Nicolás Robinson Andrade*

La opinión de las personas sobre las empresas y sus políticas de negocio influye, sin duda, en sus hábitos y decisiones, ya sean de consumo o de empleo. Esto significa que los valores que se vinculen a cada empresa tienen un impacto directo en sus beneficios, así como en su capacidad para contratar y mantener un tejido de trabajadores de alta calidad.

Aunado a ello, la forma en que la compañía aborda los factores de diversidad, igualdad e inclusión, sin duda, es una de las claves que más están alterando el paradigma entre las marcas y sus empleados y clientes actuales y potenciales.

Esto ha llevado a algunas empresas a replantearse sus estructuras, sus prácticas operativas y a repensar sobre su aporte a la sociedad. No obstante, es importante que estas transformaciones no sean superficiales, sino que se liguen a los valores de la cultura de cada empresa y, además, respondan a otros objetivos y ambiciones de nivel internacional, como los acordados para la Agenda 2030.

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) van más allá del medio ambiente, porque también apelan a la defensa de la diversidad y la inclusión social.

La palabra que define la forma en que entendemos y abordamos la diversidad y la igualdad es el cuidado; valor fundamental para convertirlo en una realidad que evidencia nuestro compromiso con nuestros empleados, clientes y comunidades, además de orientarlo hacia la consecución de los ODS.

En primer lugar, es fundamental comprender qué sesgos son susceptibles al lugar de trabajo y cómo afectan a sus empleados, para así tomar la responsabilidad pertinente como empresa. Por ejemplo, muchas de las compañías han retomado el Objetivo 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico), desarrollando programas que incorporen estrategias flexibles en sus procesos de contratación.

Esto ayuda a construir un entorno de igualdad de oportunidades, además de tener en cuenta que cada persona presenta un distinto background, dónde es posible acceder al tejido empresarial con independencia del punto de partida. El resultado, también da soporte a la consecución del Objetivo 10 (Reducción de las Desigualdades).

Las personas son el centro en la meta histórica por el 2030, por lo que deben ser el centro de todos los esfuerzos de las compañías esta materia. Marcar la diferencia comienza con tomar conciencia acerca de los prejuicios y la exclusión sistemáticos que existen en la vida cotidiana y sus efectos en cadena dentro de las organizaciones y el mundo.

Una vez realizado este ejercicio, las empresas tienen la capacidad para evolucionar y diseñar iniciativas relativas a diversidad, igualdad e inclusión en diferentes áreas de interés clave, como en la plantilla de trabajadores (a quién y cómo se contrata); el lugar de trabajo (cómo se sienten al trabajar en la compañía); el mercado (cómo se incluyen a los clientes y productos); y la comunidad (cómo se puede hacer del mundo un lugar más equitativo).

En nuestra compañía, por ejemplo, hemos lanzado Zoom Talks, una serie de debates en directo donde se puede aprender más sobre nuestros respectivos comienzos, experiencias y perspectivas. Incluso, nos hemos centrado en reforzar nuestro equipo al contratar a nuestro primer director de Impacto Social y a nuestro primer director de Talento Emergente Global.

La meta común por el desarrollo sostenible nos obliga a escuchar constantemente, a reconocer nuevos desafíos, a adaptar nuestra estrategia y, sobre todo, a apoyar las necesidades de nuestros empleados y las de nuestros clientes. De esta forma, se fomenta un sentimiento de cuidado y de comunidad dentro de la empresa, que ha elevado enormemente la vida diaria y la carrera de los empleados.

Estamos al principio de nuestro camino hacia la diversidad, la igualdad y la inclusión, y desde Zoom, seguiremos aprendiendo e incrementando nuestros esfuerzos. Sin embargo, lo que siempre será constante es nuestro compromiso con nuestro valor principal, el cuidado.

Lo que queda claro es que el éxito de las empresas se medirá por su continua evolución, cultura y determinación de cambio; su futuro será prometedor si la dirección es convertirse en organizaciones más diversas, equitativas e inclusivas.

*Nicolás Robinson Andrade es director de Relaciones Gubernamentales de Zoom para España y América Latina.